 |
|
Esta obra tiene cierto sentido de humor inocente, y a la vez hay algo demasiado normal en la pieza donde algo extraordinario está ocurriendo. Un domicilio que ha volado por los aires para estamparse dentro del espacio expositivo, literalmente empotrado en la pared.
La pregunta que genera es: ¿estás presenciando los restos de un sueño o un desastre?
Lo absurdo queda reflejado en la práctica de estas dos artistas, pero también el riesgo físico y la reacción visceral que induce, el claro riesgo de estampar una casa por pequeña que sea impone cierta sensación de gravedad.
El momento enigmático de una narración, es el secreto del trabajo. Un guiño a lo sublime – se evidencia por la composición casual- que impone una brutalidad en su creación y últimamente en su significado. Lo que más fascina de esta obra es este doble aspecto que se refiere a la relación reciproca entre idealización y violencia. Se describe el escenario de creación como lo que podría ser una película de desastres de bajo presupuesto. |