Nota al margen 

Marca Blanca es Blanca (y todo lo que la rodea)
Marca Blanca es un espacio, un contexto de trabajo, un posicionamiento político y un replanteamiento institucional desde el que se revisa el lado quizá menos visible de la producción artística. Modos de hacer que se activan desde la materialidad y la afectividad. El punto de partida es una serie de obras de la colección Marca Blanca que reflexionan sobre el mismo hecho artístico y comunican – a través de un lenguaje significativo y original - un escenario propio elaborado a partir de códigos personales, históricos, culturales, lingüísticos y sociales. Diseñar un espacio en el cual las obras de la colección entran en diálogo y al mismo tiempo con las intervenciones realizadas por otros artistas.

La selección de obras articula distintas líneas discursivas que se enredan en el espacio e incluso se expanden más allá de sus estantes. Una serie de obras que actúan de una manera directa sobre el propio lenguaje, el hecho narrativo y sus límites; otras generan sistemas de comunicación que escapan al lenguaje completamente. Otras tratan sobre la relación con lo espacial y arquitectónico; otras siguen jugando, creando sistemas de comunicación donde la presencia tiene un protagonismo protagonista. 

El único método utilizado es el de dejar la mano moverse “aleatoriamente” por las estanterías de la colección de Marca Blanca. Al aplicar el azar y el accidente a la creación de una narrativa, se ha liberado en gran medida del control racional. La artista suprime el control consciente sobre el proceso, permitiendo que la mente inconsciente tenga el dominio. Por lo tanto, lo producido puede atribuirse en parte al subconsciente y puede revelar algo que de lo contrario sería reprimido.

El automatismo fue desarrollado por los surrealistas, como un medio de expresar el subconsciente. Se puede comparar con fenómenos similares o paralelos, como la improvisación no idiomática y la deriva situacionista. La toma de decisiones debe ser inmediata sin propósitos concretos, asumiendo todos los riesgos necesarios: No hay errores, solo oportunidades; el mínimo error debe convertirse en la pieza fundamental de una obra. Siguiendo las pautas del automatismo surrealista, “a través del cual uno trata de expresar verbalmente, escrito o de cualquier forma, el funcionamiento real del pensamiento”. Es decir, un dictado del pensamiento sin intervención alguna de las razones. 

No obstante, no se pretende la escritura de un texto definitivo, sino que lo que sacamos, ideas, puntos de partida, normalmente alejados de los tópicos y la rigidez que a menudo rodea el proceso de creación cuando la forzamos y queremos tenerla bajo el control absoluto de ideas preconcebidas. De nuevo en colaboración, Notas al margen, es un nostálgico paseo por los tiempos de universidad y el espíritu de enfants perdus. Es un texto compuesto totalmente de elementos prefabricados: citas, pasajes de obras literarias, fragmentos de guiones cinematográficos, cómics, mapas, todo descontextualizado y dotado de una significación nueva. El ejercicio de détournement como instrumento de una nueva comunicación. Un intento de transformar la realidad.